El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado la licencia de conducir permanente, una medida que revive un trámite que había sido descontinuado desde 2008. A partir de noviembre de 2024 y hasta diciembre de 2025, el Gobierno capitalino emitirá esta licencia para los conductores de vehículos particulares a un costo de 1,500 pesos. El cambio, impulsado por la jefa de Gobierno Clara Brugada, implica una reforma al Código Fiscal de la Ciudad de México, específicamente en el artículo 299, que ahora incorpora el inciso B para establecer la vigencia permanente de la licencia Tipo A, reservada para particulares.
El objetivo de la medida es, además de simplificar los trámites, destinar recursos a mejorar la infraestructura de movilidad en la capital. Para ello, la Secretaría de Administración y Finanzas constituirá un fideicomiso público sin estructura que se encargará de recibir y gestionar los recursos obtenidos por la expedición de la licencia permanente. Se espera que la recaudación total alcance entre 1,200 y 1,500 millones de pesos, fondos que se destinarán a proyectos de transporte y movilidad, con un enfoque en obras de infraestructura vial y programas de seguridad para conductores y peatones.
Sin embargo, el trámite no ha sido aprobado sin controversias. Aunque la licencia permanente promete reducir la burocracia y combatir la corrupción en los trámites, su aprobación deja fuera restricciones y exámenes iniciales para conductores. Se planteó que el proceso debería incluir un examen teórico de conocimiento en seguridad vial, especialmente para quienes tramiten la licencia por primera vez. A pesar de ello, el Congreso no votó las modificaciones en la Ley de Movilidad, dejando pendientes restricciones que habrían prohibido la licencia para personas sancionadas por manejar bajo la influencia del alcohol o sustancias prohibidas, así como para responsables de causar accidentes graves por negligencia.
Para quienes ya poseen la licencia Tipo A, el trámite será automático, y podrán solicitar la licencia permanente sin examen adicional. No obstante, aquellos que tramiten la licencia por primera vez estarán obligados a realizar un examen teórico enfocado en el Reglamento de Tránsito y normas de seguridad vial. La licencia, además, podrá revocarse si el titular acumula infracciones graves, como la invasión de carriles confinados.
Se anticipa que se expidan entre 800 mil y un millón de licencias permanentes en este periodo, estimando un volumen de trámites que duplicaría el promedio anual anterior. La recaudación esperada permitirá continuar con la construcción de infraestructura de transporte, además de fortalecer la movilidad sustentable en la ciudad.
Por su parte, colectivos de ciclistas y organizaciones de movilidad han manifestado su inconformidad, pidiendo medidas de control adicionales para automovilistas y reglas de tránsito más estrictas. Los críticos señalan que, sin una regulación rigurosa en cuanto a la emisión de la licencia, podría incrementarse el número de conductores en la capital, comprometiendo la seguridad de los usuarios de vías no motorizadas.
Con esta medida, la administración de la Ciudad de México busca no solo facilitar el trámite para los conductores, sino promover una movilidad más segura y sustentable. La licencia de conducir permanente promete simplificar la gestión de documentos para los automovilistas y, al mismo tiempo, respaldar la infraestructura vial necesaria para el desarrollo de una ciudad más accesible y segura para todos.