¿Qué cambiará en México con la jornada laboral de 40 horas?

En 2025, México se encuentra en un momento clave para el mundo del trabajo. La reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que busca reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales ha tomado fuerza y forma parte de los compromisos prioritarios del nuevo gobierno federal encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. La medida ha despertado gran interés social, así como debates entre los sectores empresariales y los trabajadores, principalmente por los efectos que podría tener en la productividad, el empleo y el bienestar laboral.

¿En qué consiste la propuesta?

Actualmente, la Ley Federal del Trabajo establece que la jornada laboral máxima es de 48 horas por semana, distribuidas en seis días laborales con un solo día de descanso obligatorio. La iniciativa propone que este esquema cambie sustancialmente para dar paso a una jornada de 40 horas semanales, distribuidas en cinco días laborales y dos días de descanso obligatorio, sin reducción en el salario.

Esto significa que los trabajadores formales tendrían derecho, por ley, no solo a descansar los domingos, sino también los sábados u otro día adicional en la semana, siempre y cuando se respeten cinco días laborados por cada dos días de descanso.

Aplicación gradual y diálogo nacional

El Gobierno de México ha señalado que esta reforma se implementará de forma gradual, con el objetivo de permitir una transición ordenada tanto para el sector público como para el privado. El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños, informó que entre el 2 de junio y el 7 de julio de 2025 se llevará a cabo un diálogo social nacional en el que participarán trabajadores, empresarios, académicos y miembros de la sociedad civil. Estos foros servirán para escuchar todas las posturas y construir un modelo viable para llegar a la jornada de 40 horas de manera escalonada, con un horizonte proyectado hasta el año 2030.

Este enfoque busca que las empresas, especialmente las micro y pequeñas, puedan adaptarse sin afectar su operatividad ni comprometer los empleos existentes.

Principales puntos de la reforma

  • Reducción de jornada: De 48 a 40 horas laborales por semana.
  • Dos días de descanso: Serán obligatorios por ley, por cada cinco días laborados.
  • Sin reducción salarial: Los trabajadores conservarán su ingreso íntegro a pesar de la disminución de horas laborales.
  • Aplicación diferenciada: Se considerará el tamaño y capacidad de cada empresa para establecer plazos y condiciones de transición.

¿A quiénes aplicará esta reforma?

La propuesta está diseñada para beneficiar a todas las personas trabajadoras, sin distinción de sector o tipo de empresa. No obstante, no tendrá impacto sobre aquellos empleados que ya laboran cinco días o menos a la semana, con jornadas de ocho horas diarias o menos, ya que actualmente cumplen con lo que estipularía la nueva ley.

En otras palabras, el cambio será significativo para trabajadores que actualmente laboran seis días con una sola jornada de descanso, lo cual es común en muchos sectores formales e informales del país.

Reacciones divididas

El anuncio ha generado reacciones contrastantes. Por un lado, sindicatos y organizaciones laborales han celebrado la propuesta como un paso importante para dignificar el trabajo y mejorar la calidad de vida de los trabajadores mexicanos. Desde su perspectiva, se trata de una deuda histórica que responde a la evolución de los derechos laborales en México.

Por otro lado, diversas cámaras empresariales y agrupaciones del sector privado han manifestado su preocupación por los posibles impactos económicos. Argumentan que reducir la jornada sin ajustes operativos podría incrementar los costos laborales, disminuir la productividad y, en casos extremos, provocar la fuga de empresas o el aumento de la informalidad laboral.

¿Por qué es relevante esta reforma?

El trabajo digno y el equilibrio entre vida laboral y personal se han convertido en prioridades a nivel global. En países de Europa y América Latina ya existen esquemas de 40 horas e incluso menos, con resultados positivos en términos de salud mental, eficiencia y bienestar social. México, al adoptar esta reforma, se alinearía con estos estándares internacionales, con el objetivo de fortalecer tanto los derechos individuales como la competitividad a largo plazo.

Además, la jornada laboral de 40 horas es uno de los 100 compromisos de la presidenta Claudia Sheinbaum, por lo que se considera una política prioritaria en la agenda del nuevo gobierno.

Conclusión:
La reducción de la jornada laboral en México representa un cambio estructural que podría mejorar la vida de millones de trabajadores, aunque también plantea desafíos logísticos y económicos para muchas empresas. El éxito de esta reforma dependerá de una implementación gradual, consensuada y respaldada por mecanismos que protejan tanto los derechos laborales como la viabilidad del empleo formal en el país.

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