La iniciativa presentada en la Cámara de Diputados busca que la compra de libros físicos y digitales sea deducible de impuestos, promoviendo así el hábito de la lectura y el acceso al conocimiento.
En un esfuerzo por fomentar la lectura y fortalecer el acceso a la educación en México, se presentó una iniciativa en la Cámara de Diputados para incluir la compra de libros impresos y digitales dentro de las deducciones personales autorizadas.
La propuesta busca añadir una fracción IX al artículo 151 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), permitiendo que los gastos destinados a la adquisición de libros sean considerados deducibles. Con esta medida, se pretende reducir la carga económica que implica la compra de libros para muchas familias mexicanas, haciendo más accesible el conocimiento y promoviendo el desarrollo educativo y cultural de la sociedad.
La iniciativa tiene un doble propósito: incentivar el hábito de la lectura en todos los sectores de la población y contribuir a la formación de una sociedad más informada, educada y productiva. La lectura, señaló, es una herramienta clave para el desarrollo cognitivo y emocional, lo que permite la construcción de ciudadanos más críticos y conscientes.
El documento presentado resalta que la deducción fiscal para la compra de libros podría generar un impacto positivo a largo plazo en la productividad y el crecimiento económico del país. Diversos estudios han demostrado que las sociedades con mayores niveles de educación tienden a ser más productivas y generar mayores ingresos, lo que se traduce en un desarrollo económico más sostenible.
Se enfatizó que esta medida permitirá que la educación y el acceso a la información no sean privilegios limitados por la situación financiera de los ciudadanos. Al hacer los libros más accesibles, México podrá avanzar hacia una sociedad más equitativa y preparada para enfrentar los retos del futuro.
Además, la propuesta también busca beneficiar a autores, editores y distribuidores de libros, quienes podrían ver un incremento en la demanda de sus productos. Esto fortalecería la industria editorial nacional y promovería la producción de contenido literario, académico y científico en el país.
En términos de impacto social, la iniciativa podría reducir la brecha educativa en sectores vulnerables, brindando a más personas la posibilidad de acceder a conocimientos esenciales para su desarrollo personal y profesional. El acceso a libros de calidad es clave para mejorar la comprensión lectora y fomentar el pensamiento crítico en la sociedad.
Otra ventaja de esta medida es que contribuiría al crecimiento del mercado digital de libros, incentivando el uso de plataformas electrónicas que ofrecen contenido accesible y variado. La digitalización del conocimiento es una tendencia global que permite la expansión de la educación a más personas sin restricciones geográficas.
Desde una perspectiva comparativa, varios países han implementado políticas similares con resultados positivos. En lugares como España y Argentina, la deducción fiscal en la compra de libros ha estimulado el consumo literario y ha reforzado los hábitos de lectura en la población.
Finalmente, la iniciativa se encuentra en proceso de análisis y discusión en la Comisión de Hacienda y Crédito Público. De ser aprobada, representaría un avance significativo en el acceso a la educación, la promoción de la lectura y el desarrollo cultural de México.